Es este lugar, la Placeta de la Puerta del Sol, un lugar de enorme encanto y desconocido para la mayoría de los granadinos. Sus atardeceres son un regalo para los vecinos de la zona y nada que envidiar a los de la Placeta de San Nicolás, en el Albayzín.
Así que pertrechado con mi mochila de los "sketches" me fui a grabar en una página de mi cuaderno lo que fuese capaz de captar del lugar.
Cuando llegué apenas si había en la zona un apareja de turistas y unos niños jugando a la pelota, pero a causa de la evolución natural del tiempo y debido a que lega la noche con rapidez, cuando terminé mi "jornada", todo había cambiado: las luces, la gente, etc... execpto las casas que seguían en su lugar (obiamente).
Una cosa que siento enormemente es no poder captar los colores que el atardecer que con su panorama cambiante poco a poco fue proyectando sobre todo lo que se veía: las casas, el lavadero, las nubes, el horizonte, y sobre todo, Sierra Nevada, con su "Cerro del Caballo" totalmente nevado (raro para la época) al fondo a la izquierda del lavadero.
Así que pertrechado con mi mochila de los "sketches" me fui a grabar en una página de mi cuaderno lo que fuese capaz de captar del lugar.
Cuando llegué apenas si había en la zona un apareja de turistas y unos niños jugando a la pelota, pero a causa de la evolución natural del tiempo y debido a que lega la noche con rapidez, cuando terminé mi "jornada", todo había cambiado: las luces, la gente, etc... execpto las casas que seguían en su lugar (obiamente).
Una cosa que siento enormemente es no poder captar los colores que el atardecer que con su panorama cambiante poco a poco fue proyectando sobre todo lo que se veía: las casas, el lavadero, las nubes, el horizonte, y sobre todo, Sierra Nevada, con su "Cerro del Caballo" totalmente nevado (raro para la época) al fondo a la izquierda del lavadero.
Finalmente, aquí dejo el dibujo para dar constancia de mi visita a este encantador rincón de la Antequeruela, o parte alta del barrio del Realejo.